A veces uno cree que lo que duele es la realidad pero lo que duele es el ideal. La vida que imaginás puede ser un sueño, pero también puede convertirse en una cárcel.Imaginar tu vida ideal está bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor. A veces hay que dejarse sorprender.La obsesión por el ideal te puede hacer perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitás, nada está a la altura de un ideal.Si querés concretar tus sueños lo mejor es empezar por matar al ideal. Ojo, no me estoy refiriendo a matar los ideales, sino que hay veces que uno se imagina su vida como si fuera una película, una epopeya heroica, y es muy difícil estar a la altura de ese ideal.El ideal es una luz muy brillante, muy brillante, tanto que puede terminar opacando la realidad. Podés sufrir toda la vida por ese ideal, hermosos, puro, brillante, pero lejano y cada vez más lejano.Hay que poder distinguir los sueños del ideal. Los sueños son pequeñas excusas que nos ayudan a crecer. El ideal es una gran mole de oro que nos paraliza. En cambio la realidad es frágil, endeble, imperfecta, pero verdadera.Porque al final del camino uno puede contar la vida que vivió, no la que imaginó. Entonces mejor que imaginar la vida es vivirla.














Debes llorar todo ese dolor, llorar la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración, te vacías de todo eso.Cuando lloras riegas, y tal vez algo florezca. Porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de ti que muere, cada lagrima es algo de ti que quiere renacer.Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que las cosas simplemente son como son, y no por eso han de ser malas.Las cosas son como son, bellas, duras, inexplicables, complicadas. Hay de todo en la vida, obstáculos, alegría, sin sabores… llora mucho, pero luego ríe, porque eso hacen las esperanzas, lloran todo lo que esperan pero ríen sabiendo lo que vendrá

















Todo lo valioso en la vida es frágil, por eso es valioso. La vida es una galería llena de cristales y uno pasa por ella intentando ser un gato, hábil, sigiloso, para que nada se rompa porque vale.Nuestro cuerpo es frágil. Nuestro corazón es frágil. Nuestra felicidad también es frágil.Es un juego de equilibrista. Es caminar sobre la cuerda sin red sabiendo que un frágil movimiento los hace caer al vacío. ¿Por qué seres tan frágiles nos creemos invencibles?La vida es valiosa porque es frágil. No lo entendía mi viejo, le sonaba contradictorio. Un mal movimiento o un golpecito y el cristal se resquebraja, y nos corta en mil pedazos.Una mirada, una palabra, un gesto, una noticia nos recuerda lo frágiles que somos. Creemos que dureza es lo opuesto a fragilidad, pero la fuerza no está en la dureza sino en la fragilidad.Amás y al rato odiás. ¿Por qué un vínculo o un sentimiento puede ser tan frágil? Porque es débil o porque somos demasiado rígidos.Creemos que tenemos que mostrarnos fuertes como una roca, invencibles, solidos como un rascacielos. Pero los rascacielos se construyen con metros de oscilación para que se puedan mover y no sean rígidos. Porque un rascacielos rígido al más mínimo viento se derrumba.